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lunes, 17 de octubre de 2011

Gracias, hombre de colores


Ni la opción capilar, ni el viento norte. Estoy cansada de esos advenimientos y de lo lejos que queda la primavera. Octubre, ya no mientas, no coloreás nada. Viejos tiempos fuera... ¿nuevos tiempos? Pero sin bohemia, bobbys y snobs... ¡Todavía espero el color! No sólo el verde...no más hipocrecía occidental




El color es mi obsesión diaria, la alegría y el tormento

¿Y si ya nunca más lo encuentro? Maldita, maldita crisis

Vuelvan a mí colores, ya no quiero bobbys, encuentro tediosa la falsa bohemia.
Es uno de esos días en que agradezco al Leteo por no borrar del todo a la India. ¿Necesito la India?


Ya estoy fuera

viernes, 17 de junio de 2011

Mi memoria es mi imagen de la perfección


"Si hay algo por lo que te caracterizás, pequeña golondrina, es por tu fortaleza"
"No me dejás terminar...es igual a vos, pero sin drogas"
"Que me voy...que me voy yo también"
"La propiedad es un robo"
"Tranquila...Renaciste"
"¿Te digo una cosa? No se la digas a nadie, pero todos los soles mienten"
"Sos vegetariana, te rapás la cabeza. La gente va a decir que sos rara"
"Tenemos dos cosas en común...tenemos el pelo corto y nos molestan los autos caros"
"¿Eso te atraviesa lo oreja?"
"¿Sabés que es lo que nos diferencia? Vos creés en el cambio, yo sé que el cambio no existe"
"¿Revoluciones de masas? Mucha ciencia ficción vos"
"-Son unos hijos de puta... -¿Qué pasó? -Le dispararon a Carlos...muerte cerebral"
"Te felicito...acabás de descubris tu alter ego"
"Es un viaje de ida eh...no vas a poder volver"
"Candela murió, hija"
"¿A qué mierda le tenés miedo?"
"No es ninguna emergencia, Poyo, no te preocupés...te quería decir, se murió mi hermano, el Emilio"

Cortesía del viejo, Agustín, Frana, Fetchi, la vieja, Mariscal, Juani, Chama, Diana y demás...
Frases y conversaciones que cambiaron mi vida...al menos las que me acuerdo...

lunes, 25 de abril de 2011

Ապրիլ 15, 1915

(Teléfono)
_Viejo...
_ ¿Te acordás qué día es hoy?
(tose)
_Sí, viejo...siempre...
_Ya brindé con los tíos, ¿vos tenés algo para brindar?
_Un vasito de plástico lleno de vodka de $15
_Y bueno...hay que adaptar los costos y las necesidades...
_Sí... ¿Vos?
_Un Absolut de colores...esas boludeces que hacen ahora...ni siquiera el vodka es lo mismo...
(silencio)
_ ¿Te parece hacerlo fondo?
_Siempre...
(silencio)
_Y bueno...para que no nos vuelvan a quitar nada...
_ ¿Qué? No... Por los vivos...se brinda por los vivos, no por los muertos...
_Es más o menos lo mismo, viejo...los vivos estamos igual de muertos...
_No digás pelotudeces...brindamos por los vivos o no brindamos...cómo vas a brindar por los muertos...
_Bueno, dale...por los vivos...
_Por los vivos...

lunes, 7 de junio de 2010

charlas de diván

_Son $50...
_ ¿50?
Él la miró algo enojado. Se sentía usado y probablemente lo era.
_Es lo que salen...son de Brighton...
Se hizo un silencio. Hace menos de un mes, eran mucho más que conocidos desconocidos...
Ella pagó y él le entregó el paquete. Se sentía estafador, nunca le había cobrado nada. Era la primera vez. Pero entonces no eran amigos y había pagado mucho más por ella...
_ ¿Algo más?
_No, ahí estoy bien, gracias...
Él sonrió, cómplice, partícipe de una operación ilegal e hipócrita...totalmente hipócrita y, encima, oportunista.
Se saludaron con la mano, de lejos _darse un beso o estrechar sus manos hubieran resultado acciones mucho más falsas que las que estaban realizando_. Él se alejó, caminando hacia aquel auto de un color blancuzco que cargaba millones de anécdotas, risas y seriedades. Alguna vez, ese auto, había sido un consultorio de terapia.
Abrió la puerta. Se veía tan ajeno...el auto, la puerta, el barrio...él mismo. Se introdujo en éste y, antes de cerrar la puerta, le sonrió, confidente, escondiendo, talvez, nostalgia o enojo o un vago perdón o reproche...
Ella lo miró extrañada, extrañadísima. Se sentía en el auge de una despersonalización absoluta. Ese había sido, durante años, un amigo o un hermano o un psicólogo sin licenciar. Entonces no era nada más que una personalidad anónima y ella no era más que un personaje de ficción, talvez inexistente.
"Los tiempos están cambiando", se dijo para sus adentros...odiaba ese tipo de cambios...había pasado por tantos...y los había sufrido a todos.
Él agitó la mano, por simple cortesía. Habían perdido la amistad, pero nunca el respeto. Ella no reaccionó. Había registrado el saludo, pero no quería responderlo. Temía que ese "adiós" significara "hasta siempre"...
_ ¿No me vas a saludar? _preguntó, impaciente, sin darse cuenta que quizás ese momento se trataba de la última vez que hablara con ella.
Ella volvió en sí y lo miró, en el presente.
_Perdón _le dijo_, no te había reconocido...he cambiado mucho...



Texto por Poyo Skalari

martes, 18 de mayo de 2010

Relojes y anteojos amarillos

Esos raros peinados viejos...
A:_Parece inevitable el paso del tiempo...
B:_No...es inevitable...no parece...
(Silencio)
A:_Uno trata de pararlo, con vanos esfuerzos que llevan, al fin y al cabo, a perder más tiempo...
B:_Encima, en eso, se te va la vida...
A:_La gente...
B:_Las ideas...
A:_ ¿La ideas? No...nunca se van las ideas...
(Silencio)
A:_¿Y el resto? ¿En qué anda?
B:_Acá, peleándola, como todos...tratando de parar el tiempo...
A:_Sí, es duro...el tiempo...
B:_El tiempo...viene molestando desde siempre...
A:_No, pero antes no había tiempo...el tiempo es una cosa de ahora...
B:_¿Pero qué decís? El tiempo es de siempre...eso sí que no me podés decir que es de ahora...
A:_No, es de ahora...antes vivíamos sin relojes...
B:_Bueno...pero los relojes y el tiempo no tienen nada que ver...
A:_¿Cómo que no? Yo sigo firme...el tiempo es una cosa de ahora...antes era el no-tiempo y el no-lugar...
B:_Bueno...eso era aparte...nosotros vivíamos a destiempo...no era que el tiempo no existía...
A:_Sí, el tiempo no existía para nosotros...
B:_Admitilo...el tiempo es de siempre...la esclavitud la creamos nosotros...
A:_Es necesario que lo admita...ya no sabríamos vivir sin relojes...

Al viejo y su gente, que parece que pelean

al tiempo desde que se lo encontraron...

Texto por Poyo Skalari

viernes, 16 de abril de 2010

Los escépticos no saben


Ninguno de los dos tenía más de diez años. Uno tenía cabello rubio, bien corto, y ojos pardos más bien pequeños; el otro, por el contraro, tenía la cabellera enrulada morocha y bastante larga, y ojos de color verde, un poco azulados.
Los dos se sentaban en un tronco caído, un poco seco y olvidado, en el medio de un bosque desconocido, sin ánimo de hacerse conocer, y deshabitado totalmente. Desde hace años, sólo ellos frecuentaban todos los jueves el bosque remoto, remotísimo de la ciudad...la ciudad...la hija del miedo...
Se sentaban y pasaban el tiempo...a veces, ni siquiera pronunciaban palabra...sólo esperaban algo, esperaban la vida.
_Dicen que pasa rápido...que uno se tiene que apurar cuando la ve volando y agarrarla con las dos manos para que no se escape...
Siempre el que iniciaba las conversaciones era el rubio. El de cabello oscuro, en cambio, era más tímido y necesitaba escuchar palabras ajenas antes de exponer la suya.
_Dicen muchas cosas...algunos hasta dicen que no existe...
El rubio lanzó una carcajada.
_ ¿Quién dice?
_No sé...los escépticos...
_ ¿Quiénes?
_Esos...que no creen en nada...
El rubio volvió a lanzar una carcajada. El rubio había vivido mucho tiempo en la ciudad...le costaba mucho más que al otro cambiar sus supuestos.
_Uy, mirá, mirá! ¡Va volando!
El morocho se puso de pie y señaló el cielo con el dedo índice de la mano derecha.
_ ¡La veo! ¿Será la tuya o la mía?
_No sé, probemos los dos, rápido, antes de que pase.
Los dos comenzaron a saltar, con las manos extendidas hace arriba, pellizcando al cielo y llenando sus manitos con aire puro de un bosque desierto.
_ ¿Podés?
_Creo que es la tuya _decía el morocho sin dejar de saltar.
Y entonces el morocho cesó su salto. Su amigo, cada vez que apoyaba sus pies en la tierra, envejecía unos años. El cabello rubio comenzaba a tornarse blanco. Su lampiño rostro se llenó de vellos, ya canosos. Las arrugar comenzaron a reproducirse en su rostro, casi como muecas. Y en un santiamén, el rubio cayó al suelo, con la piel fina y maltratada por el paso del tiempo que aún no pasaba, mucho más alto que cuando había empezado a saltar, sin ningún diente en su boca, con algunos pocos pelos en su cabeza...sus ojos estaban cerrados y ya no respiraba.
_Ey... _le dijo el morocho_. ¿La agarraste?
Se agachó y apoyó dos dedos sobre la muñeca de su amigo, que entonces era uno mucho más viejo, que yacía en el suelo. Sintió una o talvez dos palpitaciones. Entonces miró al cielo. Vio que la vida de su amigo pasaba volando rapidísimo hasta que en un momento se perdió entre las nubes y no pudo volver a divisarla. Entonces, las palpitaciones se detuvieron. Su amigo había muerto.
_No la agarraste...Entonces tenías, razón...la vida pasa volando, hay que agarrala rápido... Me voy...los escépticos no saben, hay que avisarles, mirá si se les pasa la vida también...



Texto por Poyo Skalari