miércoles, 25 de abril de 2012

Retazos de Abril

Otro año más. Van 97. Mientras el maestro Osvaldo Bayer hablaba no podía evitar pensar en el mayo francés. Después del "todos somos armenios", fue inevitable, también, pensar en la revuelta y los adoquines. "¿Y si quemamos la sorbona?" ¿Cuál sería el equivalente actual y nacional de la sorbona? ¿La universidad pública? ¿Y si la quemamos? Somos tan insolentes, qué honor. 
Advertencias que tienen años: Policía de civil, cuidado con el escalón al salir. Por que, claro, no hay nada más hermoso que un adoquin en la boca de un policía...el adoquín, la escultura más hermosa... Agradezco a lxs estudiantes del '68, a mis antepasados armenios, a gente como Osvaldo o Cohn Bendit (en el '68, sí), a los revoltosos, a los adoquines...me llenaron de saber y de amor por el saber...
Qué limón, cómo una se enamora de las palabras...de personajes de 85 años, de jóvenes militantes de los '60, de muertos, de textos...el amor es raro...

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué curioso. Hoy estaba pensando en el Mayo Francés. Y hasta puse algo en alusión a ese pensamiento...

Espíndola dijo...

Yo solo pensé en Francés, porque la jota en la voz es un tajo con el aire y eso, eso es muy de francés. Y por alguna razón, sospecho de porqué el mundo se enamora de las mujeres y porqué siempre va en el ramo, es suave y muere rápido. Pero siempre es el gesto lindo, la parte bonita de una linda flora, lo que se expande porque crece.

Te juro que vos también me inspiras , siempre que paso, terminote escribiendo algo, ves el naranja , el amarillo y el marroncito son colores cálidos, por eso hace frío en el viento, hay que compensar, que lindo, otoño.

Fresh dijo...

"cómo una se enamora de las palabras" & si, el amor, como todas las cosas grandes en esta vida son casi inexplicables...& pensar también en tantas otras cosas (como esto) que el conocimiento vulgar ignora. Cosas como estas nos hacen reflexionar todos los días sobre qué estamos parados. Besos Poyo, lo mejor para vos.

Miguel Buján dijo...

Era de esperar que comentase tu escrito, pero por gallego vengo a hablarte del mío donde me preguntaste por qué el nombre de "Delicias turcas" (no sé en qué hostias estaba pensando para escribir semejante mal poema). Las delicias se las debo a mi mujer, la turca, que no es turca si no argentina. De no ser por ella no publicaría mis escritos en un blog, y quizás tampoco escribiese aunque fuera en la intimidad de mi casa. Cae por su propio peso que le adeudo más que un simple estímulo...

Gracias por tu modo de escribir en mi blog. Besos.