viernes, 15 de enero de 2010

Parece un chico

Si fuera un día corriente de invierno, ella ya estaría durmiendo, pero como es verano _lo que implica que está de vacaciones_ está despierta y, para variar, está leyendo un libro...no tiene tapa debido al maltrato y al paso del tiempo, por lo que ni siquiera ella sabe de quién es...supone, por la lascivia, la perversión y, por supuesto, el sadismo, que se trata de un libro del Marqués de Sade.
Detrás, se escucha una conversación típica de un par de padres tradicionalistas que no se les pasa por la cabeza la idea de cambio o progreso...o sea, un par de padres típicos.
"Es vegetariana _empiezan diciendo. Suenan preocupados, pero ella sabe que lo único que les interesa es el status quo_, se rapó la cabeza, lee libros impropios, se parece a un chico"
Tenían razón, pero ella no entendía por qué estaban preocupados.
" ¿Será la música? _decía la voz masculina_. Vos debés tener algo de culpa también, vos la llevaste a tus marchas."
Ella no pudo evitar lanzar una carcajada, pero se contuvo...no quería que cortaran la conversación por su culpa. Ya no quería carga con la culpa de nadie...
"Puede ser..."
¿Puede ser? Ella esperaba algo más violento, de hecho esperaba un golpe o al menos un rugido.
La llamaron. Ella se acercó a la mesa, en donde estaban este par de padres.
"Los seres humanos somos omnívoros", dijeron. "Las mujeres tienen pelo largo", seguían.
"Sí", les decía a todo. "Comparto".
No le molestaba que la llamaran todo el tiempo para hablar de que ella estaba al revés. De hecho, lo difrutaba, como difrutaba estar al revés. Lo que sí le molestaba es que fueran ellos los que hablaban de libertad mental y trataran de reprimirla...sí, justamente, la hipocrecía, el engaño...pero podía vivir con ello... Desde niña le habían enseñado a reprimirse, no se iba a sublevar porque a sus padres no les gustara la cabeza rapada o la resolución de justicia que conllevaba el vegetarianismo.
Cuando el par de padres terminaron lo que tenían que decir que, por cierto, ella no había oído en lo más mínimo, tomó el libro que supuestamente era del Marqués de Sade y se dirigió a la habitación de atrás. No sabía bien por qué, pero ese cuarto la calmaba.
Se sentía un poco hipócrita...hace un tiempo atrás había escrito que era "más feliz que la mierda", según sus propias palabras...pareciera mentira cómo cambia el ánimo en tan poco tiempo...pero esta vez decide librarse de culpas...ya estaba harta de tener que ser la mesa en la que todos apoyaban sus culpas. Esta vez, se lavaba las manos. Esta vez culpaba al par de padres...esta vez, ella había hecho todo lo posible por ser quién era, sin ningún muro que lo impida...pero el par de padres estaba demasiado interesado en el status quo, prefería levantar barreras, obligarla a reprimirse...como siempre...
Esta vez, no tiene culpas...esta vez, culpaba al par de padres...


"Los niños comienzan por amar a los padres. Cuando ya han crecido, los juzgan, y, algunas veces, hasta los perdonan."
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Oscar Wilde
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Texto por Poyo Skalari

2 comentarios:

aneurysm dijo...

"Represión" un término muy utilizado en este siglo... reprimido, reprimirse, represarias, reprimir, represión y seguimos hasta que se nos anude la garganta.

aneurysm dijo...

Me retracto, este siglo no no... desde siempre.