viernes, 16 de abril de 2010

Los escépticos no saben


Ninguno de los dos tenía más de diez años. Uno tenía cabello rubio, bien corto, y ojos pardos más bien pequeños; el otro, por el contraro, tenía la cabellera enrulada morocha y bastante larga, y ojos de color verde, un poco azulados.
Los dos se sentaban en un tronco caído, un poco seco y olvidado, en el medio de un bosque desconocido, sin ánimo de hacerse conocer, y deshabitado totalmente. Desde hace años, sólo ellos frecuentaban todos los jueves el bosque remoto, remotísimo de la ciudad...la ciudad...la hija del miedo...
Se sentaban y pasaban el tiempo...a veces, ni siquiera pronunciaban palabra...sólo esperaban algo, esperaban la vida.
_Dicen que pasa rápido...que uno se tiene que apurar cuando la ve volando y agarrarla con las dos manos para que no se escape...
Siempre el que iniciaba las conversaciones era el rubio. El de cabello oscuro, en cambio, era más tímido y necesitaba escuchar palabras ajenas antes de exponer la suya.
_Dicen muchas cosas...algunos hasta dicen que no existe...
El rubio lanzó una carcajada.
_ ¿Quién dice?
_No sé...los escépticos...
_ ¿Quiénes?
_Esos...que no creen en nada...
El rubio volvió a lanzar una carcajada. El rubio había vivido mucho tiempo en la ciudad...le costaba mucho más que al otro cambiar sus supuestos.
_Uy, mirá, mirá! ¡Va volando!
El morocho se puso de pie y señaló el cielo con el dedo índice de la mano derecha.
_ ¡La veo! ¿Será la tuya o la mía?
_No sé, probemos los dos, rápido, antes de que pase.
Los dos comenzaron a saltar, con las manos extendidas hace arriba, pellizcando al cielo y llenando sus manitos con aire puro de un bosque desierto.
_ ¿Podés?
_Creo que es la tuya _decía el morocho sin dejar de saltar.
Y entonces el morocho cesó su salto. Su amigo, cada vez que apoyaba sus pies en la tierra, envejecía unos años. El cabello rubio comenzaba a tornarse blanco. Su lampiño rostro se llenó de vellos, ya canosos. Las arrugar comenzaron a reproducirse en su rostro, casi como muecas. Y en un santiamén, el rubio cayó al suelo, con la piel fina y maltratada por el paso del tiempo que aún no pasaba, mucho más alto que cuando había empezado a saltar, sin ningún diente en su boca, con algunos pocos pelos en su cabeza...sus ojos estaban cerrados y ya no respiraba.
_Ey... _le dijo el morocho_. ¿La agarraste?
Se agachó y apoyó dos dedos sobre la muñeca de su amigo, que entonces era uno mucho más viejo, que yacía en el suelo. Sintió una o talvez dos palpitaciones. Entonces miró al cielo. Vio que la vida de su amigo pasaba volando rapidísimo hasta que en un momento se perdió entre las nubes y no pudo volver a divisarla. Entonces, las palpitaciones se detuvieron. Su amigo había muerto.
_No la agarraste...Entonces tenías, razón...la vida pasa volando, hay que agarrala rápido... Me voy...los escépticos no saben, hay que avisarles, mirá si se les pasa la vida también...



Texto por Poyo Skalari

8 comentarios:

Nicolás Cejas dijo...

INCREIBLE poyo...MUUY bueno,me encantó :) que andes bien y qe sigas escribiendo asi de joya :)

Espíndola dijo...

Puede ser posible que cada de vez que esucche Distillers me acuerde de vos ? jaja, besito che (:

The Roland dijo...

BUENISIMO,
sin palabras


la verdad me llego demaciado...
tenes una habilidad para poner las cosas escritas. Esas cosas que aveces sabemos pero cuesta expresar.

. dijo...

ai qué lindo que escribís :3
y qué amor lo de que vas a poner mi cumpleaños por ahí(?) para acordarte haha ♥
un beso lindi :3

Fresh dijo...

Es muy genial, me encantó y esa frase: "los escépticos no saben". No, sin palabras, es muy hermoso♥ Besos♥.

Espíndola dijo...

JAJ, gracias poyo (:
Y si vos sos igual a Brody, no se boluda, te rapto y te casas conmigo (? JAJA.
besito che (:

Yuan dijo...

Me ha flechado este escrito. Llega. Como repondió un niño cuando le preguntaron qué quería hacer cuando sea grande: "Vivir".
En eso paso la vida: en siempre intentar... VIVIR.
Slds.

. dijo...

gracias :] ♥